sábado, 31 de diciembre de 2011

Santiago del Estero

He pasado en muy poco tiempo de dormir y comer en cualquier lado, viajando como podía a caer en un entorno de posibles. Es curioso ver la cara que ponen cuando dicen que soy el nieto de Paco y Angelita, y que además soy arquitecto. Puedo ver en sus ojos lo que piensan, sobretodo los mas mayores: ¿este rastas?, pero parece que estoy destinado a romper estereotipos, por suerte cuando me conocen un poco mejor, su mirada cambia completamente y me miran con una mezcla de perplejidad y cierta envidia.



También me resulta curioso ver como los blancos ricos o mejor dicho algunos blancos ricos desprecian a los criollos, diciendo que son vagos y maleantes y que viven de las subvenciones del gobierno y que ademas reivindican unas tierras que son de Beneton, Stalone, de cualquier multinacional yanky, Española o me da exactamente igual de donde. Me cuentan con orgullo que fulanito tiene 20000 hc y que no se quien tiene 30000hc y desprecian a los politicos ex gerrilleros acusándoles de criminales, Claro os puedeis imaginar que no me quedo callado y con el mayor respeto y el racionamiento más sencillo que puedo intento explicar ni todos los criollos son vagos, ni maleantes y lo que reivindican es una tierra para poder vivir, y que me asombra que una gente que ha estudiado no vea que a los colonizadores como invasores que robaron y saquearon a placer, imponiendo sus ideales y costumbres y que no es tan raro que haya gente que quiera respetar las costumbres de sus antepasados y quiera vivir de una manera más o menos auto suficiente al margen del sistema. La verdad es que tienen que alucinar, que un blanco europeo, encima con estudios defienda a capa y espada a los indígenas, pero yo creo que también es por lo que me quieren, por ser directo y no callarme cuando no estoy de acuerdo. Muchas veces escucho la voz de mi madre diciéndome: “cállate, déjales”. pero no puedo.

Otra cosa que me llama la mucho la atención es como alguien mas blanco que yo me llama gringuito, ¿no se dan cuenta que vengo de donde vinieron sus padres o abuelos? es como si en España los hijos de los marroquíes, senegaleses… llamaran emigrantes a los que llegan en patera. Es de locos!!! Todavía no he llegado a zonas indígenas, se que allí no pasaré desapercibido ni callado, no me parecerá bien que me llamen gringuito pero ha esa gente no voy a saber que, me imagino que les diré: si y ¿que más da?, peor no adelantemos acontecimientos.



Bueno ha llegado la hora de la siesta y se ha echo el silencio, hace un calor bárbaro. Por lo que he podido ver Santiago se parece bastante a Andalucía, dicen que cuando un Santiagueño se levanta con ganas de trabajar espera a que se le pase, jaja. El lunes o el martes que viene me van a presentar a un arquitecto super-conocido acá en Santiago. No sé que decirle, si estoy buscando trabajo o que quiero ir más al norte a trabajar. La verdad es que estaría muy bien trabajar un poquito, conocería la manera de construcción convencional acá y ahorraría un poco de plata, pero tengo varias cosas que no me gustan y me hacen dudar. Hace mucho calor, a pesar de que me tratan genial y que están siempre dispuestos a ayudarme en lo que sea no me gusta el ambiente, es decir son unos clasistas y me hierve la sangre al ver la manera en la que tratan a la que no es su gente, se que no lo hacen con maldad, los consideran inferiores por ser criollos, "pobres criollos" es una frase que escucho bastante y espero no acostumbrarme jamás! y en definitiva no es la argentina que me interesa conocer. Se que este tipo de gente la hay en todo el mundo pero no es lo que estaba buscando. Bueno todavía me queda tiempo para debatirlo con la almohada!



Aunque tengo que repetir que la verdad es que hasta el momento toda la gente que me he encontrado, sea más rica o más pobre me han tratado genial y solo puedo decir

MUCHÍSIMAS GRACIAS.

Córdoba

 Con la familia de Santi en Cosquín.

 Cosquín


 Mi super tienda, si es una mierda lo sé, pero no pesa nada y cumple su función.


Viaje de contrastes

Este está siendo sin duda un viaje de contrastes. Contrastes de paisaje, de gente, de cultura y de costumbres. Y espero que así siga. He llegado a en Santiago del Estero y otra vez me quedo con toda la gente que me encontrado por el camino. Salí un lunes de Buenos Aires, con mucha pena por que en casa de Alex, Amaranta y Elsa me trataron genial. Llegue a retiro e intente buscar algún camión que saliera de Buenos Aires, la verdad el destino no era lo más importante, el viaje es lo importante, como no conozco nada quería encontrar a alguien que me acercara hacía Córdoba, pero me fue imposible los camiones de largo recorrido se habían ido pronto a la mañana y yo llegue a medio día, por lo que decidí tomar el colectivo hasta Córdoba, son como unas 12 horas, pero los asientos son bastante cómodos asíque puede dormir algo durante la noche.
Llegue a las 5.00 de la mañana, no sabía que hacer así que me puse a pasear por toda la ciudad, me gusta ver despertar a las ciudades, es curioso como en cuestión de minutos empiezas a ver más y más gente, cuando me quise dar cuenta ya eran mas de las nueve y estaba reventado, no se con que pero la mochila ya pesa 25kg, por lo que decidí sentarme en la plaza central a descansar un rato. Tenía que decidir si me quedaba o me iba y si me iba a donde. Al final, aunque la verdad es que la ciudad me gustó mucho, decidí marcharme. Me había ido de Buenos Aires por que quería ver monte y no quería ver a tanta gente y Córdoba es una ciudad bastante grande, que a pesar de estar cerca de la sierra no se ven montañas, por lo que sin darle más vueltas abrí el mapa y mire un pueblo que estuviera en la sierra y leí Cosquín.
Lo que conocía de Cosquín es que es el pueblo donde se celebra el mayor festival de música folclórica de la Argentina, nada más. Tras una hora y media de bus, donde tuve que hacer un gran esfuerzo por no dormirme llegué a Cosquín. Si efectivamente estaba en la sierra, aunque los montes no fueran muy altos iba a poder pasear tranquilo por el monte. Me baje del autobús y me dirigí hacía el rió, tenía muchísimo calor, estaba echo polvo por que llevaba mucho tiempo sin dormir y había caminado un montón con la casa a cuestas, cuando estaba llegando al río se me acerco un tipo con rastas que me empezó a contar que acababa de volver de un viaje de un año y medio en bici por Sur América, yo estaba con un calor que no podía más y solo pensaba en un sitio donde poder montar mi tienda de campaña y poder descansar un rato, cuando me dijo que por que no iba a su casa, tomábamos algo frío y luego pensábamos donde podía ir a montar la tienda. Este personaje tan curioso es Santi, un chaval de 26 años que se había ido con una bici, mucha ilusión y muy poco dinero a recorrer Sur América, eso si que es tenerlos bien puestos!. La cosa es que ese encuentro casual fueron cuatro o cinco días de interminables charlas contándonos vivencias de nuestros viajes, baños y paseos en el precioso rió de Cosquín y la oportunidad de conocer a un montón de gente encantadora, sus amigos. Es curioso encontrarte gente con tantas similitudes a ti en la otra punta del mundo. Santi es artesano, se dedica a hacer pendientes y piezas con cerámica, pero los días que estuve con el no se dedico a hacer cerámica, si que estuvimos vendiendo artesanías en un puesto en el centro, también le ayude con unos trabajos de jardinería que tenía que hacer, pero sobre todo hablamos y disfrutamos de los pequeños placeres de la vida como, un baño en un rio de montaña, tomar un buen mate a la sombra o una cervecita después de todo el día de trabajo. El viernes o el sábado me fui de Cosquín, dejaba atrás un amigo que espero encontrar algún día quien sabe donde.
Salí haciendo dedo, hasta ahora mis intentos habían fallado y quería sacarme la espinita, la verdad es que no creo en la buena suerte pero se puede decir que la tuve, porque primero me llevo un viejecillo hasta un pueblo, como era pronto camine hasta el siguiente pueblo, quería pasear un rato el pueblo se llamaba La Cumbre, donde compré algo para comer y me puse a hacer dedo mientras comía algo, me paro un señor que iba a Capilla del Monte, un lugar supuestamente de alta concentración energética, donde se encuentra el cerro Uritorco desde donde se supone que se han avistado OVNIS, la cosa es que era 12-11-11, el día anterior se supone que se iba a abrir un portal energético allí, yo no vi ninguno, pero el lugar era bonito aunque estaba completamente comercializado con rollos de espiritualismo y merchandaisin de los ovnis. Un lugar cuanto menos curioso. Monte la tienda y al día siguiente tenía pensado subir el cerro Uritorco, me desperté muy pronto desarme todo y me cargue la casa a cuestas, compre un poco de fruta para desayunar y cuando estaba saliendo del pueblo empezó a llover, a diluviar mejor dicho, las calles pronto se convirtieron en ríos y yo estaba en una marquesina resguardado, no tenía opción de ir a ninguna parte con ese tiempo y hacer auto stop era casi imposible, la gente no suele parar cunado esta lloviendo, por lo que sin darle más vueltas me monte en el primer colectivo que vi que fuera hacía el norte, llegue a Cruz del Eje. La verdad es que no me gusto por lo que fui en otro colectivo hasta Dean Funes, por lo menos ya estaba sobre la Ruta 60, no era la ruta principal para ir a Santiago del Estero pero estaba en la dirección correcta, pero estaba mojado y cansado por lo que decidí buscar un sitio para dormir, no me quedaba mucho dinero y donde estaba no iba a poder cambiar, estaba en un pueblo perdido en el interior de Córdoba, por lo que tenía que pensar en algo. Llegué caminando al camping municipal que estaba lejísimos, bueno en realidad se me hizo lejísimos, allí me encontré con Miguel, el encargado del camping. Le comente lo que me pasaba, le dije que tenía poco dinero y que estaba viajando por Argentina. Al principio me miraba con desconfianza peor a medida que charlábamos, mientras tomábamos mate por supuesto, me dijo que si no venía su jefe yo no había estado ahí. No podía entender como un arquitecto Europeo no tuviera dinero, era algo que rompía todos sus esquemas. Tuve suerte por que por allí no apareció nadie. Al día siguiente me desperté prontísimo y me puse a hacer dedo, enseguida me paro un hombre, esta vez era un profesor y debía de ser masón por que tenía todo el coche lleno de símbolos raros, pero la verdad es que era encantador. Me llevó hasta una gasolinera donde paraban muchos camiones, era la última antes de las Salinas Grandes. Allí me puse a preguntar a los camioneros si tenían un huequillo para llevarme. Estaba en medio de la nada por lo que o salí en camión o salía en camión. Al principio reconozco que me daba un poco de vergüenza acercarme a un grupo de camioneros a preguntarles a ver si tenían sitio para llevarme pero cuando ves que el tiempo pasa y no queda otra desarrollas el ingenio. La cosa es que en unos 20 minutos ya estaba montado en un camión, seguía en la gasolinera por que había un bloqueo con la gasolina, pero por lo menos estaba en un camión. Estuvimos más de una hora esperando y al final conseguimos gasolina. El viaje fue increíble, como su propio nombre lo dice son unas salinas muy grandes, donde no hay nada salvo unos grupos de casitas desperdigadas. Me cotó que era una zona donde había muchos piratas del asfalto, pero él como les llevaba neumáticos a el no le robaban. La verdad si te roban allí no se enteran nadie, de echo a veces se veían camiones con dos coches escoltándoles. Durante el viaje me contó que eran esa especie de santuarios con banderas rojas que se ven todo el rato por las carreteras. Son altarcillos dedicados al gauchito Gil. Por lo que se, fue un buen hombre, un gaucho, que se dedicaba a robar a los ricos para repartirlo entre los pobres y hoy en día era el protector de los camioneros. El viaje, entre entregas, ver el paisaje y las historias, a pesar de ser unos 400 km se me pasó volando. Llegué a Frías ya en la provincia de Santiago, por lo que decidí llamar a mis tíos avisando que llegaba en unas horas por que iba a tomar un colectivo.

En la granja...

Un atardecer en la granja.

 Galopando, libre como el viento...,jajaja

 Preparando un rico asado con Alex y Miguel, al fondo, en el horno de leña

 El arte de ordeñar ya está dominado!

Los quesos en la sala de espera, los de la fila de abajo son los que hicimos nosotros.
 Quesito listo para poner a salar después de todo el proceso de prensado



 Preparando el queso para su prensado.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Unos cuantos días en Uruguay

Se acabó la experiencia Uruguaya, la verdad es que a sido increíble, mucho mejor de lo que pudiera imaginar. A pesar de que suene duro tener que despertarse a las 7:00 para ordeñar vacas y hacer queso a todo se acostumbra uno. La granja donde fuimos era una especie de agro turismo ecológico. Tenían unas cuantas habitaciones y solían venir turistas a pasar unos días de relax. La verdad es que para relajarse era el sitio idóneo, el vecino más cercano estaba a unos 8 km el terreno tenia 590 hectáreas en medio de la nada. Nuestro trabajo consistía en ayudar en lo que hiciera falta pero básicamente, ordenábamos, hacíamos queso y dependiendo el día ayudábamos en la cocina o arreglábamos un poco la huerta. Si venían turistas teníamos que agarrar a los caballos que estaban sueltos, ensillarlos y acompañarles durante el paseo, luego nos dejaban libre para ir con los caballos, eso era lo mejor. Tenia la sensación de ser un baquero que cabalgaba entre ganado, sonará a chiste pero verse galopando en la inmensidad de los campos de cereal y atravesando campos inmensos con ganado suelto no es algo que ocurra todos los días, por lo menos a mí. También aprendimos a hacer jabón y pan casero en el horno de leña. La madre de la familia utilizaba plantas para hacer medicinas, jabones, cremas... Vamos que han sido 15 días de aprendizaje, diversión y relax más que de trabajo. Gracias Hugo, María y Miguel!


Tras la experiencia en la granja, me fui a Montevideo, una ciudad manejable, pero para mi gusto demasiado enfocada al turismo.
Si tengo que dar una breve impresión sobre Uruguay, me quedo con dos casas, la tranquilidad de la gente y la yerba mate, es increíble, no se si se consume más o menos que en Argentina o Paraguay, pero acá lo pasean durante todo el día y a la tarde a eso de las 5 cuando la gente sale de laburar si paseas por la calle te cuesta encontrar un grupo en el cual no haya por lo menos un mate. La principal diferencia, aparte de que la yerba y el formato del mate son diferentes, es que en Uruguay se toma en la calle. Me parece una muy buena costumbre para mantener las relaciones sociales. El mate es su compañero en la soledad y su compañero en la sociedad.
Ahora estoy de vuelta en Buenos Aires y tengo pensado marchar hacia el norte en seguida, creo que iré primero a Córdoba y subiendo poco a poco, pero todo se vera!

jueves, 3 de noviembre de 2011

Algunas fotos de Buenos Aires



La casa rosada...

Puerto madero...

Sin destino camino


¿Y  ahora que vas a hacer? – es la pregunta típica que te hacen cuando terminas la carrera, yo por lo menos tengo millones de respuestas, porque quiero hacer millones de cosas, pero la respuesta en el fondo era obvia: VIAJAR. No tenia, ni ahora tampoco tengo claro a donde quiero ir, pues hay muchísimos sitios que no conozco y me gustaría conocer, la cosa es que algo en mi cabeza me decía que había llegado el momento.
Solo tengo claras tres cosas: no tengo prisa, ni destino, ni miedo.
Asique rompí el cerdito con los ahorros, hice una de las doce pruebas Axteris y Obelix  para convalidar un papel donde ponía que era Arquitecto y que de esta forma tuviera validez en Sur América   (parece que por tener unos cuantos sellos soy más listo y puedo construir acá también….. ¡¡¡Que viva la burocracia!!!), me despedí de familia y amigos y me compré un billete a Buenos Aires.  ¿Porque Buenos Aires? no lo sé. La cosa es que el 23 de septiembre a las 22.00 tenía un pasaje de avión. Los días de antes fueron caóticos: despídete, compra esto, me falta aquello…, pero fue gracioso, como preparas una maleta sin saber muy bien dónde vas y que es lo que quieres hacer? Muy fácil, el secreto (aunque mi ama se puso de los nervios) dejarlo para el último día y no pensarlo mucho porque total, como vas a pensar sobre algo que no se puede saber, yo por lo menos no se adivinar el futuro, asique fue fácil, un poco de esto un poco de aquello y listo 17kg de mochila estaban colgando de mi espalda.
Al llegar a Buenos Aires tras un viajecito de 12 h el aeropuerto estaba lejos no, lejísimos. Me recomendaron agarrar un taxi que me iba a costar la friolera de 30 eurazos, argumentándome que el transporte público era peligroso. Me quede con ganas de preguntarle a que se refería con peligroso, si por peligroso entiende que me pueden robar no estoy de acuerdo, además, no he venido a la otra punta del mundo para tener miedo de que me roben, eso si por peligroso se refiere a que los conductores de los colectivos son camicaces, si les doy la razón pero cuanto antes me acostumbrara mejor. Asique después del avión agarre un colectivo luego el subte y luego otro colectivo y después de unas cuantas horas por fin llegue a casa de mi amigo. Mi amigo es Alex, un Corso que lleva dos años en Buenos Aires aprendiendo a ser lutier, gente así te quita toda las dudas que puedas tener sobre qué hacer, está claro, la vida es corta si quieres algo ¡hazlo! Alex vive con Amaranta una Porteña de la que se enamoro la primera semana que estaba en Buenos Aires. Viven en un claro ejemplo de vivienda crecedera con patio trasero, en la parte de abajo vive Elsa, la madre de Amaranta, una mujer encantadora, todo bondad, siempre con una sonrisa y dispuesta a ayudar en todo lo posible.
Llevo ya unos cuantos días en la Argentina, y por ahora a pesar de estar en una gran ciudad la gente es encantadora, he paseado mucho por la ciudad y visitado los alrededores. Me habían dicho en casa que se comía mucha carne, no estoy para nada de acuerdo: ¡Acá solo se come carne! La verdad es que en 15 días he comido más carne que en los últimos 3 años, estoy planteándome muy en serio hacerme vegetariano. Es verdad que las parrilladas están riquísimas pero creo que la gente se alimenta muy mal, la verdura brilla por su ausencia, por no hablar del pescado, creo que he visto dos pescaderías en 15 días caminando por la ciudad. Es cierto que el precio de la verdura y del pescado es caro, más que en España y que la carne es rebarata, pero ¡esto es una locura! Otra cosa que me ha llamado mucho la atención han sido los árboles, más de uno me ha dejado sin palabras por su tamaño, forma y antigüedad. Es como si hubieran respetado los árboles al hacer la ciudad, cosa impensable allá. Pero por ahora yo diría que Buenos Aires es Madrid con acento argentino.
La semana que viene hemos encontrado un trabajo en una granja de Uruguay haciendo queso de cabra, es un programa que no conocía el wwoofing. Es una red de granjas ecológicas donde te acogen por un tiempo y a cambio de trabajo te dan comida y alojamiento, como no son muchas horas al día y te dan los fines de semana libres hemos decidido probar, nunca está demás saber hacer queso de cabra!