jueves, 3 de noviembre de 2011

Algunas fotos de Buenos Aires



La casa rosada...

Puerto madero...

Sin destino camino


¿Y  ahora que vas a hacer? – es la pregunta típica que te hacen cuando terminas la carrera, yo por lo menos tengo millones de respuestas, porque quiero hacer millones de cosas, pero la respuesta en el fondo era obvia: VIAJAR. No tenia, ni ahora tampoco tengo claro a donde quiero ir, pues hay muchísimos sitios que no conozco y me gustaría conocer, la cosa es que algo en mi cabeza me decía que había llegado el momento.
Solo tengo claras tres cosas: no tengo prisa, ni destino, ni miedo.
Asique rompí el cerdito con los ahorros, hice una de las doce pruebas Axteris y Obelix  para convalidar un papel donde ponía que era Arquitecto y que de esta forma tuviera validez en Sur América   (parece que por tener unos cuantos sellos soy más listo y puedo construir acá también….. ¡¡¡Que viva la burocracia!!!), me despedí de familia y amigos y me compré un billete a Buenos Aires.  ¿Porque Buenos Aires? no lo sé. La cosa es que el 23 de septiembre a las 22.00 tenía un pasaje de avión. Los días de antes fueron caóticos: despídete, compra esto, me falta aquello…, pero fue gracioso, como preparas una maleta sin saber muy bien dónde vas y que es lo que quieres hacer? Muy fácil, el secreto (aunque mi ama se puso de los nervios) dejarlo para el último día y no pensarlo mucho porque total, como vas a pensar sobre algo que no se puede saber, yo por lo menos no se adivinar el futuro, asique fue fácil, un poco de esto un poco de aquello y listo 17kg de mochila estaban colgando de mi espalda.
Al llegar a Buenos Aires tras un viajecito de 12 h el aeropuerto estaba lejos no, lejísimos. Me recomendaron agarrar un taxi que me iba a costar la friolera de 30 eurazos, argumentándome que el transporte público era peligroso. Me quede con ganas de preguntarle a que se refería con peligroso, si por peligroso entiende que me pueden robar no estoy de acuerdo, además, no he venido a la otra punta del mundo para tener miedo de que me roben, eso si por peligroso se refiere a que los conductores de los colectivos son camicaces, si les doy la razón pero cuanto antes me acostumbrara mejor. Asique después del avión agarre un colectivo luego el subte y luego otro colectivo y después de unas cuantas horas por fin llegue a casa de mi amigo. Mi amigo es Alex, un Corso que lleva dos años en Buenos Aires aprendiendo a ser lutier, gente así te quita toda las dudas que puedas tener sobre qué hacer, está claro, la vida es corta si quieres algo ¡hazlo! Alex vive con Amaranta una Porteña de la que se enamoro la primera semana que estaba en Buenos Aires. Viven en un claro ejemplo de vivienda crecedera con patio trasero, en la parte de abajo vive Elsa, la madre de Amaranta, una mujer encantadora, todo bondad, siempre con una sonrisa y dispuesta a ayudar en todo lo posible.
Llevo ya unos cuantos días en la Argentina, y por ahora a pesar de estar en una gran ciudad la gente es encantadora, he paseado mucho por la ciudad y visitado los alrededores. Me habían dicho en casa que se comía mucha carne, no estoy para nada de acuerdo: ¡Acá solo se come carne! La verdad es que en 15 días he comido más carne que en los últimos 3 años, estoy planteándome muy en serio hacerme vegetariano. Es verdad que las parrilladas están riquísimas pero creo que la gente se alimenta muy mal, la verdura brilla por su ausencia, por no hablar del pescado, creo que he visto dos pescaderías en 15 días caminando por la ciudad. Es cierto que el precio de la verdura y del pescado es caro, más que en España y que la carne es rebarata, pero ¡esto es una locura! Otra cosa que me ha llamado mucho la atención han sido los árboles, más de uno me ha dejado sin palabras por su tamaño, forma y antigüedad. Es como si hubieran respetado los árboles al hacer la ciudad, cosa impensable allá. Pero por ahora yo diría que Buenos Aires es Madrid con acento argentino.
La semana que viene hemos encontrado un trabajo en una granja de Uruguay haciendo queso de cabra, es un programa que no conocía el wwoofing. Es una red de granjas ecológicas donde te acogen por un tiempo y a cambio de trabajo te dan comida y alojamiento, como no son muchas horas al día y te dan los fines de semana libres hemos decidido probar, nunca está demás saber hacer queso de cabra!